Este 19 de noviembre se conmemora el Día de la Mujer Emprendedora, una fecha que sirve para reconocer y conmemorar el esfuerzo de miles de mujeres que impulsan la economía del país. En Perú, las mujeres emprendedoras enfrentan desafíos únicos que, a pesar de los avances, continúan limitando su potencial. Estos retos no solo impactan a las emprendedoras, sino también al desarrollo económico y social del país.
Uno de los principales obstáculos es el acceso al financiamiento. Las emprendedoras peruanas se encuentran en desventaja a la hora de obtener créditos o inversiones para sus negocios. A menudo, las instituciones financieras exigen garantías difíciles de cumplir para muchas de ellas, limitando su capacidad de crecer y expandirse. Esto genera un ciclo donde las mujeres emprenden con menos capital, afectando la sostenibilidad de sus proyectos.
Otro reto importante es el tiempo que deben dedicar al trabajo no remunerado. A muchas mujeres emprendedoras les toca lidiar con la doble carga de responsabilidades: atender su negocio y cumplir con las tareas del hogar. Esta situación reduce el tiempo que pueden destinar a planificar, capacitarse o buscar nuevas oportunidades para hacer crecer sus emprendimientos.
La brecha de género en tecnología y capacitación es otro desafío clave. En un mundo donde la digitalización es cada vez más importante, las emprendedoras en Perú a menudo carecen de acceso a herramientas tecnológicas y formación especializada. Esto las coloca en una situación de desventaja frente a los demás competidores internacionales que cuentan con mayores recursos para innovar y adaptarse al mercado digital.
Además, las mujeres emprendedoras en Perú enfrentan barreras culturales y sociales que perpetúan estereotipos de género. Estas barreras limitan su acceso a redes de contactos y mentorías, recursos esenciales para escalar en un negocio. A menudo, las mujeres no cuentan con el mismo nivel de apoyo o reconocimiento que sus colegas hombres, lo que reduce sus oportunidades de crecimiento y visibilidad.
A pesar de estos desafíos, las mujeres peruanas continúan demostrando una resiliencia admirable. Muchas han sabido transformar las dificultades en oportunidades, creando negocios exitosos y generando empleo. El Día de la Mujer Emprendedora es una oportunidad para reconocer su esfuerzo y, más importante aún, para exigir un entorno más equitativo y favorable para su desarrollo.